Son las circunstancias que se presentan no en las personas,
sino en el medio ambiente y que impiden una buena comunicación: ruidos,
iluminación, distancia, falla o deficiencia de los medios que se utilizan para
transmitir un mensaje: teléfono, micrófono, grabadora, televisión, etc.
Barreras Semánticas.
Tienen que ver con el significado de las palabras; cuando no
precisamos su sentido, éstas se prestan a diferentes interpretaciones y así el
receptor no interpreta lo que dijo el emisor, sino lo que su contexto cultural
le indica. Por ejemplo, si una persona hace un pedido y dice que lo quiere
"lo más pronto posible", esto puede tener diferentes significados,
desde la persona que lo entiende como "inmediatamente", hasta la que
lo entiende como "rápido pero no es tan urgente".
Impiden emitir o
recibir con claridad y precisión un mensaje, debido a los defectos fisiológicos
del emisor o del receptor. Tales defectos pueden afectar cualquiera de los
sentidos. Ya sea en forma total o parcial. Por ejemplo: Alteración de aquellos
órganos que constituyen los sentidos, deficiencia en la escritura, lectura,
escuchar a través de la música o sonidos fuertes.
Barreras Psicológicas.
Representan la
situación psicológica particular del emisor o receptor de la información,
ocasionada a veces por agrado o rechazo hacia el receptor o emisor, según sea
el caso, o incluso al mensaje que se comunica; la deficiencia o deformación
puede deberse también a estados emocionales (temor, odio, tristeza, alegría) o
a prejuicios para aprobar o desaprobar lo que se le dice, no lea lo que está
escrito, no entienda o no crea lo que oye o lee.
Barreras Administrativas.
Las barreras pueden
ser por la falta de planeación, supuestos no aclarados, distorsiones
semánticas, expresión deficiente, pérdida en la transmisión y mala retención,
escuchar mal y evaluación prematura, comunicación impersonal, desconfianza,
amenaza y temor; periodo insuficiente para ajustarse al cambio; o sobrecarga de
información.
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